En el Centro de Psicología Áleves partimos de un concepto científico de la psicología basada en la evidencia. Para ello utilizamos técnicas conductuales y cognitivas de eficacia demostrada empíricamente. Además, dependiendo del tipo de intervención y de cada caso, adoptamos de otros paradigmas aquellas estrategias que mejores resultados han demostrado ofrecer en el campo de la psicología clínica y de la salud.

Nuestra vocación está orientada a la persona que nos consulta. Es decir, su demanda será la meta que trataremos de alcanzar, por supuesto, pero haremos énfasis también en nuestra relación terapéutica. No entendemos un correcto abordaje de su problemática, sin prestar la mayor atención a lo que pasa a lo largo de las sesiones. Lo que sucede en ellas no es, en esencia, diferente de lo que ocurre fuera de ellas; y en consecuencia actuamos, nuestro compromiso es trabajar para vosotros, por vosotros y con vosotros.

Así, el psicólogo es quien dota de las estrategias necesarias para hacer frente a los problemas y prevenir, evitar o reducir el impacto de esas situaciones dificultosas. Además de experto, hace de guía y de espejo para devolverle un reflejo de lo que sucede y que el consultante no es capaz de ver por estar implicado;  es quien acompaña a la persona a lo largo del proceso en una relación bidireccional en la que todos aprendemos a sacar mejor partido a nuestras cualidades y capacidades.

Ya sean pequeños conflictos o problemas enormes, abordamos la demanda con la misma rigurosidad. Con el fin de lograr el éxito en vuestras demandas, creemos que el camino empieza por una evaluación profunda, precisa, con la que sentar unas bases sólidas para poder trabajar a lo largo de la intervención.

En el Centro de Psicología Áleves seguimos una metodología clara: evaluamos cada caso, a cada persona, por medio del Análisis Funcional de la Conducta. De esta forma logramos identificar y clarificar aquellos componentes de la conducta que son causa y consecuencia del problema. Pensamos fundadamente que es la mejor manera de poder abordar las diversas problemáticas con precisión y rigurosidad.

Una vez realizado por nuestra parte un estudio pormenorizado, entregamos los resultados de tal análisis con la finalidad de compartir con el consultante nuestras hipótesis y crear un acuerdo que sirva para empezar a trabajar en la demanda. Y aquí es clave la palabra “trabajar”. La eficacia de las técnicas y el éxito final de la intervención están íntimamente relacionados con el esfuerzo que estemos dispuestos a realizar.  No creemos que la persona que llega a consulta deba considerarse «sujeto paciente» de un tratamiento, como si de un enfermo se tratara. Seréis sujetos activos en el cambio. Nuestro compromiso es claro.

Por otra parte, este proceso no trata de otra cosa que aprender lo que no sabíamos, reaprender aquello que hemos dejado de utilizar o se nos había olvidado cómo hacerlo y “desaprender” lo que solemos llevar a cabo y no nos da buenos resultados. A lo largo de las sesiones, juntos pondremos en práctica los nuevos recursos y progresivamente el consultante irá poniéndolo en práctica en su vida diaria.

Puede decirse que todo el proceso supone ajustar las estrategias  de intervención a las características de cada persona, con el objetivo de empoderarla y que se sienta con la capacidad suficiente como para afrontar su plan de vida tal y como desee.